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¿Qué tipos de frenos existen y cuándo hay que cambiarlos?

¿Qué tipos de frenos existen y cuándo hay que cambiarlos?

Cualquiera de los dispositivos de seguridad presentes en el vehículo contribuye a proteger la vida y la integridad física de sus viajeros, aunque el sistema de frenos es, quizás, el más importante, especialmente a la hora de evitar que ocurra un accidente. 

Ya sea para evitar un atropello, un choque contra otro vehículo o simplemente no acabar saliendo de la carretera, el sistema de frenos es responsable de ayudar al conductor de una forma decisiva en su propia seguridad. Pero para que este sistema resulte realmente útil es necesario mantenerlo en las mejores condiciones posibles. 

En la actualidad, cada vez son más los modelos que incorporan, de forma exclusiva, frenos de disco, aunque aún es posible encontrar vehículos que recurren a los frenos de tambor en el eje trasero, ya sea por ser modelos más antiguos o por tratarse de versiones urbanas. 

Frenos de disco: los más habituales 

Frenos de disco 

Los frenos de disco son, generalmente, de hierro, y giran solidariamente con la rueda. Así, cuando se pisa el freno, las pinzas de freno los muerden o presionan para reducir así la velocidad del automóvil. Las pastillas utilizadas son sometidas a desgaste, ya que son las que friccionan contra los discos para frenar o detener el coche. 

¿Cuándo hay que cambiar las pastillas? Depende realmente del uso que se dé al vehículo -urbano, carretera, autopista, etc-, así como de la agresividad del conductor. Lo habitual, eso sí, es reemplazar las delanteras cada 60.000 km y las traseras, cada 120.000 km. Al visitar el taller para cumplir con las revisiones previstas, es frecuente que los mecánicos recomienden sustituirlas cuando les quede menos de un 30% de grosor, aunque es posible alargar algo más su vida. Eso sí, es imprescindible cambiarlas cuando les queden menos de 3 mm, o al escuchar un chirrido fuerte al frenar. Si en el coche se enciende, además, el testigo de desgaste, es imprescindible sustituirlas de inmediato. 

En el caso de los discos, estos también se desgastan con el uso, y se deforman al ser sometidos a temperaturas extremas -por ejemplo, al utilizarlos demasiado frecuentemente en una bajada de puerto de montaña-. Por lo general, lo correcto es sustituirlos por cada dos cambios de pastillas, o en el caso de los delanteros, cada 120.000 km. 

Frenos de tambor: menos frecuentes 

Frenos de tambor 

Respecto a los frenos de tambor, este sistema garantiza la eficacia y estabilidad del freno en el eje trasero, por lo que debe contar con cilindros de rueda que cumplan las especificaciones originales del coche, ya que, si uno no funciona correctamente, es posible que la frenada pueda desequilibrar al coche y provocar una pérdida de control. 

¿Cómo saber si es necesario cambiar el sistema de frenado de tambor? Si al frenar, la carrera del pedal de freno es más larga de lo normal, puede existir algún tipo de fuga o agarrotamiento de alguno de los cilindros de rueda. Por su parte, los chirridos en la zona trasera suelen ser señales de desgaste del forro de la zapata, lo que provoca que el metal roce contra el tambor. Por último, si al frenar se produce un desvío en la trayectoria de la frenada, es necesario revisar la integridad de todo el sistema. 

Hay que tener en cuenta que la duración media de un kit de frenado trasero es de 80.000 km, aunque cada 30.000 km debe ser revisado para comprobar su correcto uso. Una vez sustituido, se debe hacer un rodaje de asentamiento evitando hacer frenazos bruscos durante los primeros 200 a 500 km.